martes, 19 de enero de 2016

Marcos Ravelo en El Castillo de San Fernando.

Entrevista en la revista "El Castillo de San Fernando" a Marcos Ravelo con motivo de su exposición en La Sala La Polaroid.





Así empieza la historia que ha dado como resultado que desde el día 11 y hasta final de enero, se exponga en la sala La Polaroid la serie fotográfica ‘Aurisilva’ del fotógrafo Marcos Ravelo. Su autor es isleño, pero no de San Fernando, sino de otra isla mucho más lejana: la de Tenerife. Fueron las redes sociales las que, hace algunos meses, lo pusieron en contacto con el conocido Julián Ochoa -responsable de esta sala-, quien se interesó por su producción fotográfica.
Acostumbrado a moverse constantemente en coche, Ravelo declara “no salir expresamente a buscar la fotografía, sino dejar que ésta llegue sola a lo largo de los trayectos”. Recorridos durante los que atraviesa zonas de gran vegetación, uno de los motivos que más le gusta captar a este canario que envió parte de una serie de naturaleza a Ochoa para que le diera su visto bueno. Y dice “parte” porque es un tema del que, probablemente, nunca se aburra, y que continuó perfilando hasta casi el inicio de la exposición.
En total son una veintena de fotos las que, tras intercambiar varios correos cuadrando fechas, se presentaron en La Polaroid el pasado día 11. Todas en blanco y negro, aunque con leves matices dorados, aclara: “me gusta ese acabado porque confiere luz a la foto, le resta dureza”. De ahí viene, precisamente el ‘auri’ del título, mientras que la segunda parte, ‘silva’, hace clara referencia a la vegetación que refleja cada una de las instantáneas. “Aunque el guiño al bosque de laurisilva sea intencionado, no expongo solo imágenes de allí”, explica Marcos, quien ante todo busca generar sentimiento a partir de la relación entre lo verde y su entorno, “cómo vive, muere y se adapta”. La mayoría está tomada en la zona norte de la isla, aunque también hay paisajes de la Gomera.
Su oficio es el de informático y trabaja para la administración, es decir, no se dedica profesionalmente a esto. Sin embargo es obvio que le ha sido útil con los programas de edición. Además, ha asistido a varios cursos para perfeccionar la técnica, el último de ellos -hace un año por estas mismas fechas- se centró en la fotografía analógica. “Aunque lo digital es más cómodo, ha perdido gran parte del romanticismo que caracterizaba al revelado”, explica, de hecho ha estado a punto de vender su cámara réflex para adquirir una como las de antaño.
Participó, por cierto, en la grupal ‘Atlántica Colectivas’ (Fotonoviembre), junto con otros muchos artistas, pero no esperaba la oportunidad que Ochoa le ha brindado en La Isla. Eso sí, su objetivo siempre será el mismo: crear para disfrutar a través de composiciones agradables, tirándose al suelo si es necesario en búsqueda del ángulo perfecto. Disfrutar haciéndolo, “lo que para mí es más importante que la calidad de la foto en sí misma”, indica.
“Espero que los isleños disfruten con el resultado de estás fotografías tanto como yo haciéndolas”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario